El mensaje de Prem Rawat

viernes, 30 de marzo de 2012

Huertos rehabilitadores

Un ejemplo de iniciativas de huertos peri-urbanos en el Levante español



Huertos rehabilitadores

Y ya el colmo de los colmos dentro de esa tendencia creciente hacia los huertos peri-urbanos es su especialización “funcional”, y el ejemplo más claro que se me ocurre está en utilizarlos como una herramienta más (sí, cierto, una más, pero especialmente poderosa),  para procesos de rehabilitación de personas que se han llevado “palos” fuertes en su salud, y el que más y el que menos conoce casos y más casos de eso ¿verdad?, y tampoco nadie está ni medio libre de verse en ellos ¿a que no?. Así que nos interesa, nos interesa a todos, ¡y nos interesa mucho!.

Lo que ocurre es que un huerto “rehabilitador” puede no parecerse en nada al huerto convencional del hortelano de toda la vida que volcaba su arte, sobre todo, en aprovechar perfectamente cada centímetro cuadrado de un suelo especialmente valioso, porque en cambio para una función de rehabilitación la productividad del terreno no importa en absoluto, tan solo importa lo que una persona con dificultades especiales de muchos tipos diferentes pueda hacer con esas plantas, con ese agua, y con esa tierra, y en primer lugar las buenas sensaciones que reciba de ellas. Y, por supuestísimo, importa infinito evitar los riesgos de accidentes del tipo de las caídas o similares. 

En fin, toda una forma diferente (y un nuevo horizonte) para una agronomía pensada, esta vez, al servicio de la población general

martes, 27 de marzo de 2012

Huertos periurbanos




Cualquiera que sabe un poco, aunque solo sea un poco, de estas cosas, sabe que una de las “tendencias” sociales para los próximos años va a estar en los llamados huertos periurbanos en los que un personal totalmente urbanita va a ejercer de pequeñísimos hortelanos a tiempo parcial . Aparte de la mayor o menor lógica económica de la operación, ya que siempre saldrá mucho más barato comprar las patatas en ofertas, hay un motivo de calidad, calidad en esas patatas criadas por uno mismo (por ejemplo) y calidad en volver a sentir la tierra y el agua y las plantas en las manos y bajo los pies, y además una ciudad como Zaragoza reúne en estos momentos las condiciones óptimas. ¿Problemas?, pues sí, yo señalaría tres:  

Primero, los destrozos de los “robadores” de huertos, y no por tanto por el valor de lo que se llevan sino por lo que machacan y por esa desesperante sensación de inseguridad. Segundo, la regulación del riego que complica mucho el manejo de las acequias y que obligaría, en casos extremos, a construir balsas o mecanismos similares de almacenamiento para que la gente pueda regar cualquier día (más los excesos con el agua de algún superdespistado). Tercero, los tratamientos fitosanitarios en “plan aficionado”, aunque afortunadamente muchos de estos nuevos hortelanos tratarán de evitarlos, y yo les animaría a ello con la regla básica de que no se pongan nerviosos, y que, aparte de otras técnicas, acepten como algo natural que parte de sus plantas se las coman los bichos y los hongos